Pese a que más de 100 países prohiben su uso y organizaciones civiles internacionales han pedido que no sean utilizadas en las guerras, Estados Unidos decidió enviar las temidas bombas de racimo a Ucrania.
Todo, claro, en contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, que lleva un año y 5 meses en pie —sin que la ONU ni ninguno de estos países dé un paso para los diálogos de paz.
Estados Unidos enviará las temidas bombas de racimo a Ucrania
La mañana de este 7 de julio, medios del gabacho y otros internacionales estaban a la expectativa de si Estados Unidos enviaría estas armas —de efecto y uso indiscriminado— a Ucrania.
Y… desde la Casa Blanca —en una de las conferencias diarias que ofrece el equipo de Comunicación de Joe Biden— llegó la primera confirmación vía el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, quien explicó que el presidente de Estados Unidos había aprobado este envío por una recomendación unánime.
Más tarde, en CNN el mismo Joe Biden defendió su decisión porque, dijo, estaba convencido de que Ucrania necesita este tipo de armas para su contraofensiva.
Así, de esta manera, Estados Unidos rompió con este otro capítulo de incertidumbre en la guerra de Ucrania y Rusia, frente a las peticiones para que las bombas de racimo no sean usadas nunca más. ¿La razón?
¿Qué son las bombas de racimo?
Las bombas de racimo se usaron por primera vez… ¿adivinen? En la Segunda Guerra Mundial —que sucedió entre 1939 y 1945— para destruir objetivos militares dispersos de un sólo golpe.
¿Cómo es esto posible? Las bombas de racimo o cluster munitions funcionan mediante un contenedor que, al ser lanzado a sus “objetivos”, se abre en el aire y disemina más explosivos pequeños —sobre una gran área, recuerden que el objetivo es cubrir varios puntos militares aunque estén dispersos.
El área que las bombas de racimo pueden cubrir va de los 200 a 400 metros y pueden llegar a diseminar más de 600 explosivos pequeños o minibombas.
Además de lo horrible de su ejecución, está el hecho de que muchos de estos explosivos o bombas no detonan y se quedan enterrados en la tierra.
Es decir, aún si no estallaron siguen siendo un riesgo para la población donde cayeron.
¿En resumen? Estas bombas de racimo son letales porque, en realidad, no cubren un objetivo en específico, sino varios e igual pueden caer en un campo militar que en uno civil.
Acá en esta nota de Sopitas.com pueden leer más a detalle de su impacto y si se han usado en la guerra entre Rusia y Ucrania —spoiler: Human Rights Watch (HRW) ha acusado que el ejército ruso ya las usó en la región del Donetsk.
Más de 100 países prohiben el uso de las bombas de racimo
Más de 100 países —entre ellos México, Francia y hasta Alemania u otros integrantes de la OTAN— rechazan su uso.
De hecho, todos estos países se han comprometido a no usarlas en la Convención sobre Municiones en Racimo, vigente desde 2010.
Aunque ese pacto no fue firmado ni por Estados Unidos, ni Rusia, ni Ucrania, cuyos gobiernos están protagonizando esta guerra que ha tenido impactos sociales, culturales y económicos, por ejemplo, como la inflación o la muerte de miles de personas.
Aún no hay un registro oficial, pero la ONU estima que han muerto 18 mil civiles. Y en cuanto a los soldados, se estima que del lado ruso han muerto cerca de 180 mil y de Ucrania, 100 mil elementos del ejército.
Así, otro capítulo más de la guerra entre Ucrania y Rusia, país donde a finales de junio de este 2023 se levantó en armas el Grupo Wagner, el ejército privado que combatía al lado del gobierno de Vladímir Putin hasta esa fecha.
